La Sacra Capilla del
Salvador del Mundo es un templo construido bajo patrocinio de Francisco de los Cobos como panteón de su palacio de Úbeda (provincia
de Jaén), en la actualmente llamada Plaza Vázquez de Molina.
Mandada
construir en 1536,
formaba parte de un extenso programa artístico (del que formaban parte su Palacio, una Universidad y un Hospital)[]
destinado a encumbrar la fama, la fortuna y la gloria personal que había
alcanzado el secretario personal de Carlos V; para lo que recurrió a artistas de
primer nivel. El proyecto inicial se encargó a Diego
de Siloé, mientras que la realización corrió a cargo de Andrés de Vandelvira a partir de 1540. El templo fue
consagrado en 1559.
Su primer capellán fue el Deán Ortega, para quien se construyó el gran palacio que hay a la izquierda de
la fachada principal de la capilla.
El
Salvador fue la empresa más ambiciosa de toda la arquitectura religiosa privada
del Renacimiento español. Declarado monumento histórico-artístico en
1931, se ha convertido, a su vez, en uno de los más divulgados símbolos de esta
ciudad cuyo conjunto monumental renacentista, que junto con el de Baeza,
fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003.
Es un templo
funerario. La compleja decoración escultórica de emblemas y escudos nobiliarios de la fachada principal
y del interior (que contrasta con la rancia austeridad hispánica de palacio, de
sobriedad castellana extrema, en la cercana calle de Francisco de los Cobos),
encierra un simbolismo
funerario que conduce a la finalidad del espacio centralizado de la cripta acogida en
una grandiosa y simbólica rotonda de forma circular, la más perfecta para expresar la
Unidad o esencia infinita emanada de la uniformidad y Justicia de Dios, según
la tratadística arquitectónica renacentista (Palladio).
Siloé,
siguiendo a Vitrubio,
aplicó principios neo-pitagóricos a los planos, que determinaron para la nave central una longitud de ochenta pies de
vara (algo más de 22 metros) y una anchura de 40 pies (unos once metros), y una
altura de 100 pies (unos veintiocho metros).
Uno de los
rasgos más interesantes de la decoración arquitectónica del Salvador, que hace
escuela en toda la región y viene a ser de los más típicos de la escuela
vandelviresca, es el uso de la figura humana en función de miembro
arquitectónico: cariátides (figuras femeninas), atlantes o telamones
(masculinas), hermes
(desmembrados), etc. Estos motivos debieron de ser aportaciones de Esteban
Jamete, natural de Orleáns, dado que estas figuraciones estaban en boga en
la arquitectura francesa de la época.
Exterior
Cuenta con una
sola torre rematada en forma de cebolla, al estilo centroeuropeo.
Su portada plateresca,
cuya profusa labra es de Esteban Jamete, ha sido especialmente ponderada, en
especial por la forma en que destacan sus tonos dorados con la luz del sol
poniente. En la fachada principal se representan los escudos de los Cobos
(cinco leones rampantes sostenido por majestuosos atlantes) y los Mendoza
(por María de Mendoza, su mujer). En la fecha de sus
esponsales (1522) ella tenía sólo 14 años y él superaba los 40; tras la muerte
del marido, la viuda continuó impulsando las obras de la Capilla hasta su
inauguración (8 de octubre de 1555).
La puerta
principal, planteada como arco de Triunfo, tiene representados en el intradós
una serie de dioses clásicos: Eolo, Neptuno, Vulcano, Anteo,
Diana, Mercurio, Venus, Febo, Marte, Júpiter y Saturno.
En el segundo
cuerpo aparecen referencias a los trabajos de Hércules, y en el punto central un
relieve de la Transfiguración de Jesús en el Monte
Tabor. Se establece un paralelismo entre las figuras de Hércules y
Jesús (en
ambos casos, el hijo del dios supremo tiene que vivir como mortal y superar
penosas pruebas para, tras una muerte cruel debida a una traición, recuperar la
posición que le corresponde junto a su padre).
En el tercer
cuerpo, un ventanal
de medio punto rematado con un frontón triangular. A los lados de la
puerta, dos escudos sostenidos por tenantes,
-elementos de la arquitectura renacentista muy frecuentes en Úbeda-, con las
armas de los Cobos -siempre en el lado del Evangelio- y de los Mendoza; lo que
se repite en lo más alto de los contrafuertes
y en los óculos.
En la parte baja de los contrafuertes a la izquierda, la lucha de Hércules y
Gerión y, a la derecha, Hércules y los toros de Gerión. A los lados, otras dos
portadas triunfales, diseñadas por Vandelvira y esculpidas por Esteban Jamete.
La portada norte está dedicada a Santiago
(el mecenas era caballero de Santiago) y la portada sur, a la Caridad.
Interior
El
interior fue diseñado en su mayor parte por Diego de Siloé como templo
funerario, con una gran rotonda y una nave añadida, quedando la rotonda para
los nobles, y la nave para el pueblo. El altar mayor
está presidido por un retablo de madera de Alonso
Berruguete, que representaba la Transfiguración. Fue destruido en la Guerra
Civil y solo se conserva el Cristo central. La restauración es de Juan Luis Vassallo.
El
templo alojó un repertorio de esculturas, reliquias, orfebrería y pinturas,
piezas de sumo valor adquiridas o regaladas a su fundador, como una Piedad
de Sebastiano del Piombo (luego llevada a la Casa
de Pilatos de Sevilla y actualmente en préstamo en el Museo
del Prado de Madrid); un cáliz de oro, regalo de Carlos V; una macolla de cruz procesional de Francisco Martínez
de 1542; una cabeza
relicario; un calvario de Pieter Coecke (hoy custodiado temporalmente también
en la Casa de Pilatos de Sevilla); un crucifijo
de marfil del siglo XVI, y un San Juanito atribuido por Gómez-Moreno a Miguel
Ángel (desaparecido en 1936).
La
reja finísimamente trabajada que separa rotonda
y nave es de Francisco de Villalpando, fundida en 1555,
con dos tramos y tres cuerpos, el central más elevado y esbelto.
En
la crestería
hay cuatro medallones
con las Virtudes y en el centro el escudo nobiliario de los Cobos, cerrándola
una cruz. La bóveda
central está sostenida por columnas corintias adosadas; sobre su entablamento
una galería corrida a la que dan tribunillas que
en la embocadura del arco llevan cariátides. La decoración de las bóvedas es
más sobria que el resto, intentando asemejar las nervaduras
del estilo
Isabel.
Sacristía
La
sacristía
está considerada como una de las principales obras del renacimiento español,
con una riquísima decoración escultórica que simboliza vicios y virtudes, de
Esteban Jamete, sobre un diseño realizado completamente por Vandelvira,
precedente del que luego construiría en la Catedral de Jaén. Con arcos que dejan hornacinas
para alojar las cajoneras donde se guardaran los ternos del culto, está
decorada con toda clase de figuras, bustos y alegorías corpóreas. El
entablamento está sostenido por cariátides que, a su vez, descansan en cabezas
humanas. Las figuras que están en las enjutas de los arcos son las Sibilas. En la
Sacristía hay restos de tablas del coro alto, sillerías del coro bajo,
orfebrería de gran valor histórico y artístico, una arqueta-relicario, macolla
y cañón de cruz, y algunas pinturas de distintas escuelas.
Destaca
su originalísima puerta, realizada en una esquina, como una de las soluciones
arquitectónicas mas atrevidas y bellas de Vandelvira. Se dice que representa la
Puerta del Eden. En lugar de columnas, hay cariátides con cestos de flores en
la cabeza, que sostienen un doble entablamento separado por grutescos,
sobre el cual, bajo dosel de piedra, está la Virgen de la Paz proclamando la
concordia entre el poder y el pueblo, personificados por un emperador y un
siervo que se arrodillan a su lado, completándose la decoración con dos
angelotes.
Wikipedia
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